Iceberg



El mundo corre. Vos no.
Vos vas con el paso de un reloj, meditando. Le das sentido a tu andar.
Tus amigos hablan, te cuentan, te preguntan. Vos no.
Vos escuchás. Los apoyás. Y hablás poco.
Todos elevan la voz, cuando hablan apasionados.
Vos no.
Vos tenés ese tono entre graves y suaves a la vez, como un locutor.
Ante situaciones límites, yo suelo impacientarme, preocuparme, correr.
Vos no.
Vos tenés el don de calmarme,
devolverme a tierra,
enfriar mis venas,
y aconsejarme hacer todo eso, sólo cuando el problema esté.
Ni antes ni después.
Tus compañeros de trabajo, se enojan, putean.
Vos no.
Vos sos políticamente correcto. Das la mano, y volvés a tu casa.
Cuando abunda la desesperanza
Vos analizás tranquilamente, en silencio
y buscás lo contrario.
Pero yo, que aprendí a mirarte
sé que puedo correr tus telones,
y esquivar tus pinzas,
y verte
y pintarte con palabras:
Él, un Iceberg*
"frío" y aislado,
sólo sumergido, en su océano de música.


*N.d.A: la Locución "punta del iceberg" hace referencia, según el diccionario de la RAE: "Parte visible o conocida de un asunto, del cual se desconoce otra parte mucho mayor."

1 comentario:

  1. Anónimo3/26/2008

    Conozco personas que son así, a la que conocemos recién cuando la "necesitamos". Excelente descripción! Me encantó leerte describiendo. Y me hace mucha gracia la forma que tenés de escribir. Seguí adelante, seguiré leyéndote. Sonia

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