Las respuestas a tus preguntas

Llevo unos días que siento que estoy en una cinta del gimnasio, corriendo. Que el día no me alcanza para nada, y sin embargo hice de todo. Que si llego en horario a buscar a mi hijo al jardín, no llego a hacer la clase de gimnasia que había planificado hacer. Y viceversa.

En una palabra me siento desorganizada, atolondrada, impedida de armar un horario y cumplirlo. Colmada de dudas. Y yo me pregunto ¿por qué dudo tanto?

Entonces de repente siento como si estuviera todo el tiempo "tapando agujeros" y para colmo de males, los agujeros que parecían de un queso gruyere, resultaron ser grandes como el sol. Hagan la prueba, tapen el sol con el pulgar. Seguramente van a lograrlo desde alguna perspectiva, pero finalmente no van a llegar a abarcar ni medio centímetro.

Corría y no paraba. No sabía hacia donde ni para qué. Es así que como yo no paraba un minuto, me vino la carta documento del cielo. Pellizcón de ciático y a la lona. Laura paró. Habrán dicho, "nena o parás vos, o te paramos nosotros". ¡Qué cosa! ¿No?

Ya sé, hubiera sido mucho más sensato de mi parte haberme dado cuenta que estaba absolutamente desequilibrada, que el cuerpo iba a pasarme la factura, y que de una u otra forma tenía que parar. Parar y mirarme. –"Bueno, ¿a quién le gusta mirarse?"- Contestó veloz como un rayo mi yo defensivo y atolondrado. Tomarse el tiempo en silencio y quietud y hacer la mirada introspectiva para volver a arrancar mejor", dije queriendo safar de mi misma. Si son jueces implacables como lo soy yo, conmigo misma, de seguro a muy pocos. Igualmente no es excusa, ni apropiada ni aplicable.

Así entendí que mejor que recibir el palazo en la rueda para parar, es poner punto muerto y frenar. Pensar, meditar, escucharse, hacerse tiempo para estar con uno mismo y modificar todo lo que no nos hace bien. Y no porque los demás lo digan, no porque nos hayan dicho que algo no es como creemos, sino porque es lo que necesitamos y lo sentimos dentro nuestro.

El otro día me sorprendió una frase en un libro: "Si tenés una pregunta, es porque tenés la respuesta dentro".

Créanme. Busquen y sépanse escuchar, ver, leer, sentir: Si tienen una pregunta rondándolos es porque la respuesta está justo dentro ustedes. En ningún otro lugar.

Y ahora los dejo, espero que pensando, porque por lo menos yo, tengo como mil preguntas para responderme.

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