Ajenos que conmueven

Saber que quienes me leen se sienten identificados, las más de las veces me ha llenado de regocijo. Y saber que encuentran un lugar ajeno donde pueden dejar volar sus sentimientos, con "alas prestadas" es uno de los sentimientos que más me llenan como relatora de hechos. Relatar cosas que les pueden estar pasando a cualquiera de ustedes y que me respondan, ya sea con un mail o un comentario, o un mensaje de texto, es sencillamente la exquisitez de mis ideas que van y vienen mientras cocino, camino o canto bajo la ducha (Ya sé que vas a decirme vos, si vos, que yo no canto sino más bien relato).

Decía, despertar sentimientos en todos los que leen, fue una de las metas cuando me propuse empezar a publicar. Pero ustedes, lectores fieles y hambrientos, superaron mis expectativas.

El ida y vuelta entre esta humilde relatora de hechos, y ustedes lectores de peripecias ajenas, se ha transformado en un lugar donde todos pueden sentir, y exponer lo que sienten.

Eso tiene el valor agregado más grande que pudiera imaginar.

Por eso decidí compartir con ustedes, lo que todos podemos hacer: Contar historias. Esta la ha escrito mi amigo Miguel.


 

Simplemente Pasaste

Largo pasillo con un grupo humano

Tertulia vacía, verbo pagano

En un instante, ella apareció

Y todo lo demás no existió

Apuró su paso,

imponente y sencilla

El mágico negro y blanco de su atuendo

parecía tallado en su grácil cuerpo

De blanco y negro en ella

nada,

Todo color, arco iris y brillo.

Pura luz que ilumina

Un viejo corazón de alegría.

¿Sos de otro? no importa

En este viejo corazón

siempre serás mía

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