Polillas



Hace ya un tiempo, mi amiga Verónica Ruscio, planteó en mi mente un interrogante interesante. E inquietante.
¿Son las polillas las hermanas feas de las mariposas?
Mi mente rodó y se precipitó a escribir esa frase, que Vero había dejado al paso en una nota suya, sobre insectos (Insectos. Por Veruscio)
Comencé a pensar en todas las historias que hay sobre feos… Cenicienta, y sus hermanastras horribles, quienes a su vez son malvadas. El patito feo, que no era malo, pero que soportaba que lo discriminaran por serlo. Claro, al final se transforma en un cisne, y los feos pasan a ser los patitos, hermanos adoptivos de éste. Las malvadas de Blancanieves y la Bella durmiente, se transforman en viejas horribles para llevar adelante planes maléficos, hacia las hermosas heroínas.
Cuando un príncipe es maldecido, el conjuro de la hechicera, lo vuelve un sapo. Y los sapos son feos por definición. ¿A ver quién se anima a darle un beso a un sapo, para ver si termina mutando en un bello caballero?
Lo mismo en la historia de "La Bella y la Bestia". Por definición si una es la bella… la otra es una cosa fea. En Shrek, el burro quiere transformarse en un bello corcel, y el Ogro en un bello caballero. Burro y Ogro vendrían a ser entonces sinónimos de fealdad, también.
Así el mundo de los cuentos para nuestros pequeños, está plagado de feos malos, y buenos que han sido transformados en feos, en forma de castigo.
Lo cierto es que, tendríamos que enseñarles que la fealdad no tiene nada que ver con lo que guarda dentro una persona. No deja de ser una cualidad, es cierto, pero no define ni el carácter ni la personalidad del otro.
Los parámetros de belleza, hoy tan cuestionados por la bulimia, la anorexia, los talles pequeñísimos, (en los que yo desde ya, no entro) la belleza vacía, sin contenido, sin sustento, esa belleza debiera de ser condenada. Y que se entienda bien, condenada por que no es sana, no por prejuicio, ni envidia.
Las polillas son bien feas… y podrán ser malas, según como se las mire: Si me acaban de agujerear el sweter que amo, ese que me tejió mi abuela, serán las peores porquerías del mundo. Con todas las letras FEAS y MALAS. Pero mirándolas desde la perspectiva de la cadena alimentaria… ¡Pobres vichos, de algo se tienen que alimentar! Eso sí, ¡que no sea de mis sweters!

1 comentario:

  1. Anónimo8/03/2008

    La fealdad, la belleza... Qué temas, Lauri. Suele pasarme que veo belleza donde otras personas ven fealdad. Y creo que no son conceptos abstractos, no se puede decir de manera tajante "esto es bello" o "esto es feo" sin recurrir al bagaje cultural de cada uno, lo que trae cada uno de su pasado. La mente es maravillosa: relacionás todo lo vivido por medio de redes. La mente es una araña que teje para unir recuerdos. Pasa con los objetos personales: una bufanda torcidísima y "fea" es hermosa porque la tejió una persona que vos querés, entonces es lindísima para vos. La belleza está en los ojos que miran las cosas.

    Los cuentos asocian la maldad con la belleza. No sé por qué. Las mutilaciones, las deformidades, las discapacidades físicas se ven como castigos. Y es gravísimo relacionar el espíritu con el cuerpo. Considero que hay relación, pero de otro tipo. Quiero decir que el cuerpo se enferma si el espíritu está mal o está sufriendo, pero eso no justifica que la "fealdad" sea un castigo.

    Me dejaste pensando. Como siempre, muchachita.

    Besos.

    Vero

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